Sobre cámaras ocultas

Detesto los reportajes de cámara oculta. Me parecen un atentado contra la intimidad que debiera estar penado por ley. Por supuesto, cuando son de prensa del corazón ya me parecen de una catadura moral nauseabunda. Me viene a la mente ahora la putada -no tiene otro nombre- que le hicieron a Míchel Salgado, cuando sacaron unas imágenes suyas en una discoteca besándose con una chica que no era su esposa. Te puede parecer bien o mal lo que estaba haciendo, pero desde luego, tiene todo el derecho a preservar su privacidad y no es de recibo que le claven esta puñalada por la espalda. Por cierto, Salsa Rosa, el programa que emitió estas imágenes, es una producción de Boomerang TV, una compañía participada por Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid. Y Míchel Salgado ¿dónde juega? Curioso, no...

Hecho este inciso, debo decir que no sólo los reportajes de cámara oculta hechos por la prensa del corazón me dan grima. En todos los ámbitos me parecen deleznables. En los últimos días tenemos un nuevo caso sobre el tema. Hace poco, Antena 3 ofreció un programa especial de "investigación" sobre el sexo en Brasil. No hicieron un despliegue para descubrir por qué nos mintieron para llevarnos a la guerra de Irak o quién paga a quién comisiones del 3% por realizar obras públicas. Pues eso. A enviar a unos reporteros secretos a tierras brasileñas para ver cómo los turistas occidentales pagan a jóvenes adolescentes para acostarse con ellas. El resultado, como no cabía esperar de otra forma, es denigrante para el ser humano. Hombres rifándose a niñas para desvirgarlas. Mientras emitían estas imágenes, amenizaban la espera con vistas de la playa de Copacabana y de los esculturales cuerpos de las nativas.

Para algunos, esto será información. Para mi, es aprovecharse del morbo que despierta el sexo para realizar un espacio caro, clandestino y totalmente amarillista. Bueno, lo típico de Antena 3.