Voy a hacer como si no llevará mogollón de tiempo sin escribir. Un tiempo en el que han pasado muchas cosas. Se ha acabado la segunda temporada de Perdidos, han vuelto Sorpresa, Sorpresa, Manolo y Benito y VIP Noche (ahora Tres en raya). ETA mata y da el pésame a las víctimas. Los Reyes han dejado muchos regalos a mi vera. Ahora vivo en la ciudad con El Pelusa y tengo el Pro Evolution Soccer. Álex ha regresado de Australia para anunciar que se va a Edimburgo... En definitiva, tenía temas de sobra para hablar. Pero no tiempo. Y, ahora, tampoco conexión a Internet desde casa. Un pequeño problema que intentaré paliar pero que va a dificultar la actualización del blog, para que nos vamos a engañar.
Película incompleta. Durante estas fiestas navideñas he visto El resplandor. Sí, la película de Kubrick basada en el libro de King. Esa que dicen que da tanto miedo. La verdad, el Nicholson borda su papel de enajenado de la vida y de la razón. Pero viendo el filme me saltan muchas preguntas a la cabeza: ¿Las apariciones están en la cabeza de Jack o son auténticas? ¿Por qué, entonces, la mujer puede verlas al final? Si la acción transcurre en 1980, ¿qué significa la foto del final de la película, datada en 1923, en la que aparece Jack? ¿Quién saca a Jack de la despensa cuando está encerrado? ¿Por qué la mujer no mata a Jack cuando está inconsciente?
House ya no es cojo. Viendo ayer el primer episodio de la tercera temporada de la serie pudimos observar que el malhumorado médico ya no necesita bastón. En el último plano de la segunda temporada, House se debatía entre la vida y la muerte, sangrando y entrando por la puerta de urgencias al hospital tras ser disparado. En el primer plano de la tercera, el doctor corre como un condenado escapando de prisión. Una elipsis temporal no demasiado bien explicada para mi gusto.
No mires más el calendario. No hay fiestas hasta el 6 de abril.