¡Vivan los novios!

El pasado sábado, mi hermano Paco y mi amiga Eli se casaron. Me pidieron que dijera unas palabras en la ceremonia. Quiero dejar aquí constancia de esas palabras:

"Buenas tardes y enhorabuena,

Son pocas las certezas que he tenido claras en la vida. Pero una de esas certezas es la de que este día iba a llegar. Conozco vuestra relación desde que tú, Eli, eras una cría de 15 años que quería convertirse rápidamente en mujer. Y tú, Paco, veías cómo poco a poco una niña se iba adueñando de tu corazón. Desde aquel día hasta hoy han ocurrido muchas cosas y, a pesar de los obstáculos iniciales, todas iban encaminadas hacia este momento.

Os auguro un futuro muy feliz. Y no porque tenga una bola de cristal o lo haya leído en los posos del café. Vais a ser felices porque os queréis. Y se nota. Lo delatan vuestras sonrisas cómplices, vuestras miradas, vuestro brillo en los ojos. Lo confirman vuestros susurros, vuestros besos, vuestras caricias. El amor no os pagará las facturas, pero será el trampolín que os catapultará cuando tengáis problemas y estéis de mal humor, cuando el trabajo os absorba u os sintáis agotados. Las relaciones son como las plantas. Si no se riegan, se marchitan. Seguid queriéndoos como hasta ahora y todo lo demás será secundario.

Aquí estamos todos. Vuestras familias, vuestros amigos. Algunos han venido desde muy lejos para acompañaros. Otros os tenemos más a mano, vivimos más cerquita. Gente, en definitiva, que os quiere y que os desea lo mejor, de todo corazón. Creo que hablo en nombre de todos los presentes cuando digo: “Eli, Paco. Que este sea el primer día de un futuro lleno de alegría y de amor”. Muchas felicidades.

Teià, 24 de septiembre de 2005"


Un beso a los dos.