11 mayo 2006

Cien años esperando este día

Sé que últimamente insisto demasiado en el tema futbolístico, pero hoy no me puedo resistir. Cuando tu equipo no gana ni a las chapas y, de repente, consigue un trofeo europeo ¡qué se puede decir! ¿Cómo describir tanta alegría? ¿Cómo poder plasmar tantas emociones? El Sevilla se proclamó ayer campeón de la Copa de la UEFA. Para muchos, un torneo menor. Para la marea carmesí, tras décadas sin tocar metal, la gloria. Hacía tiempo que no veía a gente tan exultante por ganar un torneo. Gente que apoyó a su equipo cuando bajó a Segunda División y subió tras una p romoción dramática contra el Villarreal. Cuando fue castigado a un descenso administrativo a Segunda División B y fue salvado a última hora. Cuando el Betis le apeaba de la Champions League en la última jornada de liga y, además, días después, los verdiblancos ganaban de la Copa del Rey. Muchas frustraciones, mucha rabia contenida, mucho resentimiento acumulado. Todo explota cuando tu equipo te da la que puede ser la mayor alegría futbolística de tu vida.

Y es por eso que hoy vengo a verte

sevillista seré hasta la muerte.

La Giralda presume orgullosa

de ver al Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

Y Sevilla, Sevilla, Sevilla

aquí estamos contigo Sevilla.

Compartiendo la gloria en tu escudo

orgullo del fútbol de nuestra ciudad



¡Gracias, campeón!


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé qué vas a hacer el día que gane el Madrid...

Anónimo dijo...

Jajaja!!! Olvida al Madrid, te va mejor con el Sevilla!! Renuncia al equipo de la capital de una vez...! O pásate a las filas azulgranas, te recibiremos con los brazos abiertos!!!!!

El usuario anónimo es Edu, por cierto!

Anónimo dijo...

Hazle caso al anónimo. La vida se ve mejor del lado azulgrana... No ves que el blanco es un color mu soso....

Pepe dijo...

Joder, ¡qué pesaos con mezclar todo con el Real Madrid! Es el clásico complejo de inferioridad que os atormenta desde pequeños. En este post sólo hablo de un blanco, pero del blanco sevillista. No menciono para nada al equipo de la capital que vosotros tanto tenéis en mente. Ni en momentos como los que vivís, de euforia desmedida y justificada, podéis dejar de mentarlo.

¡Abrid vuestra mente!