30 enero 2006

Mujer contra mujer

Me ha llegado este correro privado que voy a hacer público porque su remitente así me lo ha pedido. No voy a poner ni quitar una sola coma. Simplemente voy a decir que los avances sociales se consiguen día a día.

"El pasado 14 de enero, mi mujer, mi hijo y yo asistimos a nuestra primera boda gay. De hecho, boda lésbica, si es que se puede etiquetar de esa manera. He dejado pasar unos días, porque las nuevas mujer y mujer han llevado todo con la máxima discrección, por el miedo a la repercusión social. De hecho, ha sido la primera boda de dos mujeres en las tierras del Ebro desde que el PSOE aprobase la ley, controvertida para algunos y muy acertada para otros muchos. Hoy somos un modelo a seguir en todo el mundo, aunque éste sea uno de los pocos temas en los que seamos ejemplo.

Hablando ya de la boda, decir que había pocos invitados, sólo 12, además de las dos novias. Únicamente las personas significativas para las contrayentes, aquellas que no juzgan ni la relación, ni la situación, ni el hecho. Sólo aquellas que aceptan la su noviazgo sin cuestionar que son dos mujeres. Sóla aquellas que respetan el amor entre dos mujeres, dos hombres o lo que sea. Pero sin duda, todos teníamos presente que eran dos mujeres. Todos teníamos presente que era algo nuevo. Todos teníamos presente que ese día se rompían fronteras, al menos mentales, inconscientes.

Entre los invitados, dos parejas homosexuales, dos gays más, dos parejas heterosexuales y tres niños. Faltaron las familias. Divertido, muy divertido. Muchas risas. Es increíble cómo se ríen de ellos mismos, las niñas, como ellos mismos se autodenominan. La ceremonia, sencilla, en casa de las novias. Discurso del juez de paz, con la correspondiente lectura de los artículos pertinentes. A continuación, sesión de fotos, pica-pica y hacia el restaurante. Una masia preciosa, con menú degustación. En definitiva, si nadie pensase en la condición de los miembros del nuevo matrimonio, una boda normalísima.

España avanza, y eso nos ha de reconfortar. Aunque todavía se ha de seguir avanzando, por ejemplo, el libro de familia todavía especifica marido y mujer. Y nos falta hacer el verdadero avance, el salto a nivel psicológico.

Carmen y Carmen, felicidades y ¡qué vivan las novias!"

Como dijo el Che, sólo existe un sentimiento mayor que el amor a la libertad: el odio al que te la quita.

2 comentarios:

Javier Trinidad dijo...

No soy muy partidario de las consgnas del Che, pero aplaudo el matrimonio homosexual como el que más. Es justicia hecha realidad.

Un saludo

Anónimo dijo...

Ole por el Ché y por el triunfo del amor ante el azote de los que quieren negar la realidad.