17 noviembre 2008

Bicing, cuesta abajo

Desde hace más o menos un año soy usuario del Bicing, el servicio de alquiler de bicicletas para moverse en dos ruedas por Barcelona. Nunca ha sido un servicio que funcionara de maravilla, a buen seguro por el exceso de demanda, que ha rebasado cualquier previsión. Pero últimamente, se está convirtiendo en muy deficiente.



A estas alturas, es habitual que la máquina dispensadora te asigne el número de un aparcamiento y que, cuando vas a coger tu bici, lo encuentres vacío. O que la bici esté gravemente dañada (no tenga frenos, o pedales, o cadena o, incluso sillín) y tengas que devolverla sin usarla. Por no hablar de cuando quieres retornar la bici en una parada muy céntrica y no encuentras aparcamiento donde dejarla, por lo que tienes que buscar otra estación. Incomodidades que están haciendo que esté original y, ahora ya, imprescindible servicio público se convierta en un pequeño drama urbano.

No hay comentarios: