Zidane, siempre héroe

De la actuación de Zinedine Zidane de ayer, 9 de julio, en el Olímpico de Berlín, se pueden exaltar dos cosas:

1. Un jugador que, en el último partido de su carrera, en la final de un Mundial, a más de 100 pulsaciones por minuto, con más de 1000 millones de espectadores, con todo un prestigio ganado a pulso que no tiene por qué perder SE ATREVE A TIRAR UN PENALTI COMO EL QUE TIRA. A lo Panenka, con Buffon delante, ajustando la pelota al palo. Un crack.

2. Un jugador que, en el último partido de su carrera, en la final de un Mundial, a más de 100 pulsaciones por minuto, con más de 1000 millones de espectadores, con todo un prestigio ganado a pulso que no tiene por qué perder se le cruzan los cables y responde a una agresión verbal con una agresión física intolerable.

Yo prefiero quedarme con la primera versión. Hay otros que con la segunda. En mi opinión, quien se quede con lo segundo, no tiene ni idea de lo que es jugar a fútbol, de lo que es la tensión y la presión por lograr un resultado. Pero para gustos, los colores.

Por cierto, Zidane está mal expulsado, porque ni el árbitro ni los linieres ven la agresión y sólo le muestran la tarjeta roja después de que Luisito -Medina Cantalejo- VIERA LA REPETICIÓN POR UN MONITOR (algo totalmente ilegal) y se chivara al árbitro.